martes, 2 de agosto de 2011
MINISTERIOS PUENTES
Las Escrituras pueden ayudarnos mucho en nuestra formación porque,
aparte de aclararnos los propósitos de Dios para nuestra vida, nos
proveen también el ejemplo de esos hombres y mujeres que vivieron
aplicando a sus vidas las enseñanzas divinas. Uno de esos hombres, que
siempre ha sido un modelo para mí, es el apóstol Bernabé porque puedo
apreciar en él, en su más amplio concepto, un corazón bueno. La misma
Palabra de Dios lo califica de "hombre bueno". De hecho, su verdadero
nombre era José, y Bernabé es el apodo que surje por la propuesta de su
vida: ser un hijo de consolación. Y a través de las Escrituras vamos
apreciando todo un ministerio de relaciones personales, relaciones
humanas que se van arreglando al paso de este verdadero ministerio
puente: intercediendo por Pablo ante los apóstoles, cuando había mucha
desconfianza por el pasado de este hombre; proyección para nuevos
ministerios cuando lo vemos defendiendo a Juan Marcos delante de Pablo;
creando lazos de unidad entre los judíos de Jerusalén y la iglesia de
los gentiles en Antioquía; puentes de ayuda entre los que poseían
bienes materiales y los necesitados de la iglesia primitiva. Incluso,
hasta cuando Pablo lo acusa de ser un hipócrita al estar de parte de
los judaizantes en Antioquía, a la llegada de Pedro y los otros
apóstoles, se puede apreciar su respeto por la autoridad de los hombres
de Dios que habían estado con Jesús y de su deseo de que se
establecieran los nexos con la visión de Jerusalén.Hoy necesitamos
urgentemente ver la aparición de hombres buenos en esta sociedad, tan
llena de malos ejemplos a todo nivel. La iglesia del señor necesita
levantar esos íconos que se paren delante de los hombres, pero no con
el poder que emana de la fuerza humana, sino hombres transparentes,
casi candorosos de ingenuidad a los cuales se les pueda ver ese corazón
de hombre bueno, que sepan crear lazos de unidad entre todos los
hombres, que quiebren las fronteras que hemos levantado los seres
humanos con nuestros prejuicios y nuestros complejos.
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